Claustro (Imagen: Luciano López, originan en color) |
En noviembre de 1963 vivimos otra “tragedia” que, de
seguro, todos recordamos. El 22 de noviembre John F. Kennedy, presidente de
Estados Unidos, fue asesinado en Dallas. Como ya mencioné anteriormente, el
presidente Kennedy era admirado por todos nosotros por ser joven, carismático y
católico. Aquel asesinato nos cayó como un vaso de agua fría.
¿Alguien recuerda dónde estaba cuando sucedió esto?
Este es mi recuerdo. Eran las siete u ocho de la noche, hora de España.
Estábamos en coro. Los padres que eran profesores no asistían a la recitación
del Oficio Divino, pero iban al coro para la meditación antes de la cena. Ellos
se habían enterado de la noticia y al llegar al coro, uno de ellos (creo que
fue José Antonio Fernández) le dijo en voz baja al estudiante que estaba más
cerca de la puerta “han asesinado a Kennedy” y este estudiante la noticia al
siguiente estudiante...y así hasta que se corrió a todos… mientras el coro
estaba bien oscuro al estar apagadas las luces para la meditación.
Fue durante este año que recibimos las entonces
llamadas órdenes menores de ostiario, exorcista, lector y acólito.
Hablando de
ordenaciones. En marzo de 1964 se ordenaron sacerdotes, entre otros, Manuel
Mateos, Serafín Monasterio y Abilio Vicente.
El 6 mayo de
1964 el P. Jesús Gayo fue reelegido Provincial.
No quiero pasar por alto algunos asuntos y sucesos
más “prosaicos” que ocurrieron durante este año escolar. Fue la época cuando apareció el torero más
carismático y polémico hasta aquel entonces. Manuel Benítez “El Cordobés”
revolucionó la fiesta brava y nadie estuvo inmune a su influencia. Nosotros
tampoco. Cuando se televisaban sus corridas en la primavera y verano de 1964
parecía que toda España se paralizaba.
Su cogida en la plaza de Las Ventas de Madrid en
mayo de ese año dejó sin aliento a más de uno.
Recuerdo como unos 20 estudiantes (o más) nos congregábamos en casa de
uno de mis primos que vivía a las afueras de Avila para ver esas corridas por
televisión cuando coincidían con el día del paseo largo semanal. Entre nosotros no faltaron las discusiones
acaloradas y los debates sobre la calidad del toreo de El Cordobés y su
valentía. Los “puristas” preferían a otros como Santiago Martín “El Viti” (por
haber nacido en Vitigudino, Salamanca), Paco Camino, Diego Puerta, Antonio
Ordóñez, Jaime Ostos u otro de los muchos grandes toreros de la época. Sin embargo, una cosa es cierta. El Cordobés
superó a todos en popularidad.
Fue durante ese verano (1964) cuando España ganó por
primera vez la Copa de Europa de naciones.
Se enfrentó a la Unión Soviética en el Estadio Santiago Bernabéu.
Ganamos 2-1 con goles de Pereda y Marcelino. Para quienes ya no recuerden, esta
fue la alineación de España: Iríbar, Rivilla, Olivella, Reija, Zoco, Fusté,
Amancio, Pereda, Marcelino, Luis Suárez y Lapetra. José Villalonga era el
entrenador.
Volvamos a asuntos más serios. No sé cómo nuestro
Provincial (P. Jesús Gayo) llegó a un acuerdo con el Provincial de Chile y por
este motivo, un grupo de nuestro curso fue enviado a Chile. Allá fueron Agustín
Carricajo, Teodoro del Pozo, Santos Fernández, Jesús Sánchez Sendino, Tomás
Sánchez, José Luis Santervás y Alejandro Valbuena.
También marcharon de Ávila el P. José Antonio
Fernández y Jesús Manuel Martínez. Allí se encontraron con D. Ignacio y D. Venerando,
quienes habían sido dos de los celadores que tuvimos en Arcas Reales y llegaron
a ordenarse sacerdotes para la Provincia de Chile. Del curso siguiente al
nuestro, también fueron a Chile Fernando Fuentes y Félix Fernández.
Fernando Fuentes llegó
pronto a ser Provincial y murió joven (a los 42 años) en 1984. Para no ser
menos, Felix Fernández fue también recientemente elegido Provincial
(2006-2010).
Como era costumbre, pasamos el verano en La
Mejorada. Este fue el último año que nuestro curso veraneó en La Mejorada.
Segundo año de Teología (1964-1965)
El curso siguiente al nuestro, ya terminada la filosofía,
vino de Madrid para comenzar la teología.
Esta rutina se repetiría en años sucesivos hasta que los cinco cursos de
teología se encontraron en Ávila durante el curso de 1967-68.
Esta es la lista de asignaturas: Theologia
dogmatica, Theologia moralis, Exegesis Biblica V. Testamenti, Exegesis Biblica
N. Testamenti, Institutiones liturgicae, Historia Ecclesiae, Exercitationes,
Eloquentia sacra, Musica sacra y De spiritualitate dominicana.
El 14 de septiembre comenzó la tercera sesión del
Concilio que terminó el 21 de noviembre. Se aprobaron en esta sesión los
siguientes documentos: Constitución sobre la Iglesia (Lumen Gentium) y
los Decretos sobre el Ecumenismo y las Iglesias Orientales.
La aparente calma del concilio era engañosa y
ocultaba “tormentas” internas. Dos en particular. La “nota previa” que el Papa
Pablo VI añadió a la constitución Lumen
Gentium mediante la cual
debilitaba, según los expertos, lo que se dice en este documento sobre la
colegialidad de los obispos. Pero, había que apaciguar al grupo más conservador
de los padres conciliares.
No fue menos acalorado el
debate sobre la libertad religiosa. Este documento estaba programado para ser
aprobado durante esta sesión, pero fue “boicoteado” hasta el último momento y
tuvo que esperar hasta la siguiente.
Fueron principalmente los obispos españoles,
italianos y los de la Curia Romana quienes se opusieron a este documento porque
pensaban que esa aprobación era hacer concesiones al ateísmo y negar que la
Iglesia Católica tiene la exclusiva en la tierra para hablar en nombre de
Dios.
Impresionante fue la intervención del Cardenal Josef Beran (1888-1969),
arzopispo de Praga, a favor del documento. El cardenal Beran fue detenido por
los Nazis en 1940 y enviado al campo de concentración de Dachau y de 1949 a
1963 fue prisionero del régimen comunista de su país.
Todavía hoy siguen resonando sus palabras en el aula
conciliar donde tuvo el valor de decir…” que quizá la Iglesia estaba
sufriendo en expianción por sus pecados en el pasado contra la libertad
religiosa- tales como la quema en la hoguera del sacerdote y teólogo checo Jan
Hus en 1415”.
Aula Magna (Sobre imagen original de Angel Gutiérrez Sanz) |
Todos recordamos el argumento que oímos más de una vez
respecto a este asunto… “la verdad tiene derechos…la Iglesia Católica tiene
la verdad…luego...”. La realidad es que tanto la verdad como el error son
ideas abstractas y es el ser humano concreto, de carne y hueso, quien tiene
derechos.
Recuerdo vívidamente las discusiones que tuve con mi
director espiritual, a quien por respeto no voy a nombrar, quien juraba y
perjuraba que era imposible que el Concilio aprobara este documento.
Gracias a Dios, no fue así como lo indica el voto final de 1997 votos a favor y
224 en contra.
Ya he indicado antes que todos nosotros seguíamos el
desarrollo del Concilio con gran fascinación y entusiasmo. Leíamos con gran
avidez las crónicas que desde Roma enviaba José Luis Martín Descalzo. Era como que se abría un nuevo horizonte y
como que se acercaba un nuevo amanecer. Hablar hoy de ecumenismo no es gran
cosa, pero en aquellos días era inusitado. Al mismo tiempo, lo que la Lumen
Gentium dice sobre el papel de los laicos en la iglesia era algo inaudito… ¡Soplaban
nuevos vientos en la Iglesia! Uno sentía como que el “vino nuevo” no cabía en
los “odres viejos”. En la “masa”de nuestra formación teológica se introdujo una
nueva “levadura”. La “fermentación”
produjo a veces resultados que no fueron del agrado de todos.
Durante el Adviento de este año, la liturgia comenzó
a celebrarse en español. Poco a poco el latín desapareció. Un par de años más
tarde, ¡la misa conventual era toda en español, concelebrada y de cara al
pueblo! Como por arte de magia desapareció aquella procesión de sacerdotes que,
durante la misa conventual en el altar mayor, iban a las capillas laterales a
“decir” su misa privada.
Recuerdo que durante esta época era frecuente que
diferentes grupos de laicos pasaran los fines de semana en el Convento de Santo
Tomás para jornadas de estudio y de oración.
Uno de estos grupos, comenzando entonces, fue el de Kiko Argüello.
Fueron los primeros miembros del Camino del Neocatecumenado, los
“Kikos”, que, como todos sabemos, llegarían a crecer en número e influencia en
la iglesia y se extenderían por el mundo entero.
Fue durante la primavera de 1965 que en nuestro
convento Cristóbal Halffter presentó y grabó su Misa de la juventud en
español. Fue una de las primeras misas compuestas totalmente en español y sería
muy usada por muchos años tanto en España como en otros países donde se habla
español. Fui testigo de cómo esta misa se usó mucho en las parroquias hispanas
de Nueva York y otras diócesis del Noreste de Estados Unidos.
¿Quién no recuerda la letra de la canción de
entrada?:
Anunciaremos
tu reino, Señor, tu reino…
Reino
de paz y justicia…
Reino
de vida y verdad…
No estoy
seguro cómo Cristóbal Halffter llegó a establecer contacto con nuestro
convento. Es posible que fuera através del P. Pablo López de Osaba, gran músico
de la Provincia de España, quien fue enviado a Santo Tomás para terminar los
estudios de teología.
También
llegó por estas fechas desde Estados Unidos Fray Roman Carter quien se hizo
miembro de nuestra provincia. Terminó la teología en Ávila y fue ordenado en
1966.
Durante este
año académico nuestro curso, salvo alguna excepción, recibió el subdiaconado. Y
al terminar el curso, Cirilo Santiago, Manuel Reyes Mate y Marcos Ramón Ruiz
fueron ordenados sacerdotes. En realidad, Cirilo Santiago debería haber sido
ordenado el año anterior, pero estaba “atrasado” porque había estado enfermo
por un largo periodo de tiempo.
Yo tuve el honor y el privilegio de asistir a la primera misa de Reyes
Mate en su pueblo de Pedrajas de San Esteban (Valladolid).
Unos meses
antes, en abril, se habían ordenado sacerdotes en Granada José Luis Ajates,
Dionisio Jiménez y Rafael Sanz. A mí me
permitieron asistir a la primera misa de Dionisio Jiménez en su pueblo de
Herreros de Suso (Ávila).
En Julio de
1965 el P. Francisco Zurdo terminó como prior del convento y, para sustituirle,
fue elegido el P. Manuel Ferrero.
Ya indiqué
anteriormente que el verano de 1964 fue el último en La Mejorada. El verano de
1965 lo pasamos en el convento de El Paular ubicado en Rascafría, en la
vertiente madrilleña de la sierra de Guadarrama. Este convento, cuyo nombre completo es el Real
Monasterio de Santa María de El Paular, fue durante 450 años un monasterio
cartujo, desde su fundación en 1390. En 1954 se convirtió en abadía
benedictina.
¡Este sería
el último verano que pasamos “juntos” como curso! Como veremos más adelante, los siguientes
veranos ya nos “dispersamos” por diferentes lugares.
También
durante este verano algunos de nosotros, me acuerdo de Teodoro Martín y Jovino
San Miguel, asistimos a la Semana de Misionología de Burgos. También asistió el P. Godofredo González
quien había sido nuestro profesor de Eclesiología.En uno de los “descansos” de
la Semana hicimos una excursión al Monasterio Benedictino de Santo Domingo de
Silos.
Como es
normal, poco queda en la memoria de aquellas conferencias. Sin embargo, nunca se me olvidará que la
“estrella” de los conferenciantes fue el P. Congar, O.P, ya “rehabilitado”
después de sus años de silencio. Otros dos conferenciantes que entonces
comenzaban a sobresalir en el campo de la pastoral y la catequética fueron el
P. Pedro Rodríguez, sacerdote del Opus Dei y director de la revista Palabra,
y también el religioso claretiano Teófilo Cabestrero.
Allí conocí
a dos seminaristas de la diócesis de Ávila quienes también habían sido enviados
a esta Semana de Misionología. Se llamaban Antonio Esgueva y Ricardo
Blázquez. Más adelante, hablaré de Ricardo
Blázquez, actual arzobispo de Valladolid.
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Texto original de Juan José Luengo García "Breve Crónica de un curso 1953-1968)escrito en verano 2009. Para las otras entradas:
Enhorabuena, Juan Jose Luengo. Qué memoria. Confieso que yo comunique el asesinato de Kennedy en la primera inclinación ritual... Acabab de escuchar la noticia por la Voz de America
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