4º Curso 1956-1957, el autor, penúltimo por la derecha en la segunda fila |
Mientras
los colegiales de 1º y 2º estábamos en La Mejorada, los de 3º, 4º y 5º estaban
en Santa María de Nieva (Segovia). Estos arreglos terminaron a partir del
siguiente curso. En septiembre de 1954 los cinco cursos fueron trasladados al
nuevo Colegio de Arcas Reales (Valladolid). La Mejorada siguió abierta con
estudiantes tres años más, hasta el verano de 1957. Se añadió un año más, de
preparatoria, antes de pasar a primero. El último curso fue el de mi hermano
Luis (que es el curso de Bonifacio García Solís).
A
Arcas Reales llegamos (ENLACE A LA PRIMERA PARTE DEL RELATO) a finales de septiembre.
¡Qué espectáculo! Un colegio nuevo y grandioso para acomodar a cerca de
500 estudiantes. Dividido en dos
pabellones, una para los mayores (3º-5º) y otra para los menores (1º-2º). Cada
uno con su galería, dormitorios, comedor, salón de estudio, salones de clase,
campos de deporte y piscina. La capilla era el único lugar que era compartido
por los cinco cursos a la vez. Allí coincidíamos para la misa, oraciones de la
mañana y de la noche. También había un Salón de Actos común donde pudimos
presenciar una gran variedad de actividades culturales y artísticas. Muchos de
nosotros tuvimos la oportunidad de actuar en veladas de teatro y de poseía.
¡Sería imposible recordar todos los sainetes de Pedro Muñoz Seca y Carlos
Arniches que fueron puestos en escena por los estudiantes siendo director
artístico el P. José Rojo! Tampoco se puede olvidar la rondalla dirigida por el
P. Regino. Naturalmente, también había un pabellón para los Padres con sus
celdas, refectorio, sala de comunidad y Capilla.
La
iglesia del Colegio era impresionante. Moderna, luminosa y representante de un
arte religioso de vanguardia. El arquitecto del Colegio, Miguel Fisac, recibió
varios premios de arquitectura religiosa moderna por proyectos como el de
nuestra iglesia. Fisac fue también, unos años después, el arquitecto del
Convento de San Pedro Mártir en Alcobendas cuya iglesia sería todavía más
impresionante. Era uno de los arquitectos de moda de aquella época en España. Merece
la pena recordar que Miguel Fisac fue miembro del Opus Dei de 1936 hasta
1955. Perteneció al grupo original del
Opus, uno de los 6 primeros miembros. Fisac contaría más tarde como, debido a
su salida, el Opus le hizo la vida imposible a nivel personal y a nivel
profesional.
El
Rector del nuevo colegio era el P. Vidal Fueyo. Prefecto de Estudios era el P.
Cuesta y Prefecto de Disciplina el P. Alberto López. El P. Félix Gil estaba
encargado de la música y Director de la famosa Coral del Colegio. El P. Regino
Borregón estaba encargado de Deportes. Era síndico el P. Lucas Benito. Había
padres de todas las edades y para todos los menesteres. Había confesores como
los PP. Silva, Jordán, Adelfo de Celis… Naturalmente, la gran mayoría de los Padres
eran profesores. Además de los padres ya mencionados, había varios más entrados
ya en edad como el P. Sábada, José María González, Antonio González… Entre el
grupo de los Padres jóvenes estaban Felipe Pérez, Agripino Franco, Pedro Mancebo,
Hipólito Fernández, Santiago González Cóbreces, Pedro San Segundo…. Había
Hermanos como Fr. Fuentes, Francisco Ortega, Rodrigo Santiago, Orencio…
En
aquel año inaugural eran estudiantes de 5º el curso de, entre otros, mi hermano
Jaime, Aristónico Montero, Roberto García, Pedro Luis González, Vicente
Borragán, Domingo Marcos, Niceto Blázquez……. Eran de 4º Secundino y Abilio
Vicente, Ticiano Vara, Luis Sierra, Isidro Rubio, Serafín Monasterio…De 3º eran
Reyes Mate, José Luis Ajates, Marcos Ruiz, Rafael Sanz…Nuestro curso estaba en
2º y en 1º, Felicísimo Martínez, José Mediavilla, José Vicente Olmos, Vicente
Arribas, Julián López, Porfirio Barroso….
Así
comenzó el nuevo Colegio de Arcas Reales.
Cada
uno de nosotros recuerda episodios, anécdotas y sucesos que nos marcaron a
todos de una manera o de otra.
Desde
un principio, tuvimos un equipo de fútbol fenomenal. Ninguno de los colegios (seminarios)
de Valladolid (Maristas, Agustinos, Oblatos de María Inmaculada…) eran capaces
de ganarnos. Recuerdo las “estrellas” del equipo. En la defensa un tal
Valeriano Trancho y Toñito González (hermano del P. Manolín y Juan González y todavía
dominico en Puerto Rico), eran centrocampistas Secundino Vicente, Baltasar Martínez
y el mejor de todo el equipo, Francisco Martínez
Zapatero,
en la delantera Esteban Uña, Magín Gómez… y hasta Benjamín Barcala, rápido como
un cohete, y que estaba en tercero.
Como
habíamos hecho en La Mejorada, una vez por semana teníamos un paseo largo y
también asuetos con cierta frecuencia. De esa manera, visitamos pueblos como El
Pinar, Viana, Laguna de Duero y hasta Villanubla. Durante la Semana Santa
fuimos varias veces a ver las procesiones de Valladolid y quienes fueron parte
de la Coral del Colegio actuaron en el Teatro Calderón bajo la dirección del P.
Gil.
De
seguro todos recordamos al P. Alberto López y su sistema de disciplina. Si
fuera hoy, más de una vez tendría que responder en los tribunales por sus
¨técnicas¨. Quizá no es buena idea juzgar el pasado con criterios de hoy, pero
sí se puede decir que no todo lo pasado fue mejor. Yo tuve suerte y nunca me
¨tocó¨ y no fue por méritos propios. El
P. Alberto había nacido en Fontiveros (Ávila), donde también nacieron mis
padres y era contemporáneo de mi padre.
En
la primavera de 1955, tuvimos la Inauguración oficial del Colegio a la que
asistió y presidió el nuevo Maestro General de la Orden, el P. Michael Browne.
Fue Maestro General de 1955 hasta 1962 cuando fue nombrado cardenal por el Papa
Juan XXIII.
Terminado
el primer curso en Arcas Reales, los estudiantes de 5º marcharon a Ocaña a
hacer el Noviciado y nuestro curso pasaría al pabellón de los ¨mayores¨ para el
curso siguiente en septiembre de 1955. Ese verano de 1955 mis padres se mudaron
de Narrillos de San Leonardo, donde nací, a Fontiveros, su pueblo natal. También
ese verano fui con mi padre a Ocaña donde el 25 de julio tomó el hábito mi
hermano Jaime.
Por
razones que no recuerdo, estando de 3º nos permitieron ir a casa para las
vacaciones de Navidad que no era la norma. Poco después de regresar de esas
vacaciones, tuvo lugar uno de los episodios más aberrantes y vergonzosos que yo
recuerdo. Después de más de 50 años, yo sigo llamándola la “masacre de la noche
de San Valentín”, porque sucedió el 14defebrerode1956. Esa fue la noche,
después de las oraciones antes de ir a la cama, en la que Feliciano López fue
sometido a un “juicio” público humillante.
Esta
es la historia. Unos días antes, un
paisano de Feliciano (mejor no mencionar el nombre) decidió dejar el Colegio y
marcharse a casa. Feliciano le entregó una carta para sus padres. En esa carta,
Feliciano indicaba que pensaba marcharse también y parece que hacía algunos
comentarios sobre el hábito dominicano que no eran debidamente respetuosos o
quizá eran ofensivos de acuerdo a los cánones de la época. Esa carta fue interceptada y leídas por los
superiores como era la costumbre. ¡Y ardió Troya!
Delante
de todos los estudiantes, Feliciano fue humillado, ridiculizado de una manera
cruel y expulsado del Colegio. ¡Nunca me
olvidé de este espectáculo y aún hoy sigo haciéndome estas preguntas! ¿Era
necesaria tanta crueldad? ¿Por qué tanto sadismo? ¿Por qué una penitencia
pública por una falta -si lo era- privada y por algo confidencial escrito a sus
padres? Y, por último, ¿fue esta penitencia algo decidido por el P. Rector y el
Consejo del Colegio? Aún hoy sigo
pensando que se trató de matar una mosca con un tanque militar.
Seguro
que este episodio se ha borrado en la mente de muchos y ha pasado a la noche
del olvido. Yo nunca pude olvidarlo, porque Feliciano López era de mi pueblo,
Narrillos de San Leonardo. Juntos pasamos la niñez, juntos fuimos a la escuela
y juntos hicimos muchas travesuras antes de ir juntos a La Mejorada. Feliciano
hizo luego la carrera de Medicina y obtuvo éxito profesional ejerciendo como
médico en Madrid. Según me dijeron,
durante la Administración del Presidente Adolfo Suárez llegó a ser el doctor de
los Estudios de Televisión Española. En realidad, no volví a tener ningún
contacto con Feliciano, a pesar de haber hablado y visitado a sus padres y
hermanos en varias ocasiones. Nunca llegamos a encontrarnos después de aquella
fecha maldita.
Al
regresar de las vacaciones después de 3º en el verano del 1956, nos encontramos
con dos sorpresas importantes. Primera,
teníamos un nuevo Rector. El P. Vidal Fueyo había sido nombrado Maestro de
Novicios y fue trasladado a Ocaña. El nuevo Rector era el P. Aniceto Castañón,
quien años más tarde sería elegido Provincial (1969-1973). Segunda, el Colegio
había contratado a un grupo de “celadores” laicos que se encargarían de la
vigilancia y la disciplina. No recuerdo cómo surgió el apodo, pero nosotros los
llamábamos los “chumeos”. Se convirtieron en personajes muy pintorescos, por no
decir cómicos. ¿Quién no recuerda a D. Francisco, a D. Tomás, a D. Fernando, a
D. Ignacio y a D. Venerando?
En
el verano de 1957, terminado 4º, fuimos a casa de vacaciones como era
costumbre. En realidad, esa sería la última vez que lo haríamos antes de la
ordenación para quienes llegaron hasta esa meta. ¡Diez años sin visitar la
familia! En aquel entonces eso parecía normal para nosotros.
Al
comenzar 5º, varios estudiantes adelantaron curso y pasaron a nuestro curso. Los
agraciados fueron Salustiano Moreta, Agustín Requejo, Teodoro Martín y Eduardo
Vaquero. Nadie puede negar sus méritos para esta promoción ni dudar de su
inteligencia. Como “premio “al terminar la Colegiatura, los estudiantes de 5º
hicimos, en mayo de 1958, una excursión al Santuario de Covadonga en Asturias
pasando por Riaño (ahora sepultado por el pantano) y el famoso Puerto del
Pontón. Hicimos noche en Colunga (pueblo natal de Juan Luis Martínez) en
domicilios particulares. Visitamos también Duro Felguera y regresamos por el
también famoso Puerto de Pajares. Si no recuerdo mal la excursión fue un
“regalo” del P. Provincial, Silvestre Sancho.
La
última anécdota que no se me olvida antes de salir de Arcas Reales rumbo al
noviciado de Ocaña es el Campeonato Mundial de Fútbol de 1958 en Suecia. Allí
comenzó la racha del fútbol espectacular de Brasil que derrotó 5-2 a Suecia en
la final. Allí nació la leyenda del Rey Pelé y será difícil olvidar la
delantera de ensueño presentada por Brasil con Garrincha, Didí, Vavá, Pelé y
Zagallo. El resto es historia.
Luengo... Al igual que tu memoria de La Mejorada, me sigue encantando la de Arcas Reales. Al leer lo del Salón de Actos... no puedo olvidar mi debut como poeta y pianista en la fiesta de Sto Tomás de Aquino, el 7 de Marzo de 1957... Santiago Manrique (Curso 3º) declamó mi poesía (en colaboración con el P. Gil) titulada "Tú brillas más"... que acompañé con el piano. Luego, toqué (como autodidacta) el vals "Carmen Sylva" y "Marcha Arabe" (una obrita mía). Detrás del teatro, estaba anexo un pabellón con unas cuantas aulas de piano, de las que me hicieron "profesor" titular. Mis alumnos fueron: Santiago Manrique, Elías o Eloy López (Curso 4º), José Mª Ibáñez (Curso 4º), Fernando Fuentes (Curso 3º) y Fuastino Martínez García, todo un profesor de IES y, en ratos libres, director del Coro Manín de Llastres. Un abrazo, Sergio (alias "Panizo")
ReplyDeletePerdón... me faltaba otro alumno (en total, fueron seis): Tomás Fierro (Curso 4º). Feliz Navidad, "Panizo".
ReplyDeleteRespecto al párrafo que dice: "Por razones que no recuerdo, estando en 3º nos permitieron ir a casa para las vacaciones de Navidad que no era la norma." Bueno, la razón, por la que fuimos a nuestras casas en la Navidad de 1956, fue económica: no había dinero para darnos de comer y otros servicios a los alumnos. Recuerdo bien al Padre Reyero sacando dinero contante y sonante del fondo de una gran lata de galletas y entregándolo a cada uno de nosotros, para gastos de viaje al domicilio de nuestras familias. Yo fui en tren a Avila capital. También estuve, en el verano del 56 en Fontiveros, donde trabajaba mi padre de Jefe del SNT. Vale, esto ya lo sabes (me informaste por e-mail sobre la familia Moro). Un abrazo desde "El Foro".
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